Shin Megami Tensei 3: Nocturne fue uno de los JRPG más interesantes que nos dejó PS2. Quizá no sea el más conocido, pero su sólido sistema de combate, así como su atípica y compleja historia, le sirvieron para convertirse en una experiencia muy memorable para todos los que tuvimos la suerte de darle una oportunidad en su día. Ahora que la saga es cada vez más popular gracias a Persona, su spin-off, Atlus ha decidido recuperar esta joyita de los 128 bits con una remasterización para PS4, Switch y PC que, a pesar de traer algunas novedades muy de agradecer, se queda a medio camino de ser algo realmente redondo.
La creación de un nuevo mundo en HD
Así pues, nos encontramos ante exactamente el mismo juego que pudimos disfrutar hace 18 años, por lo que nuevamente nos sumergiremos en una fascinante trama en la que encarnaremos a un joven estudiante de instituto que acaba convertido en demonio en medio de un infernal apocalipsis que se produce en Tokio. El guion está cuidadísimo, trata temas muy profundos, maduros, complejos y de carácter existencialista y filosófico, y su desarrollo atrapa de principio a fin. Su ritmo no siempre es igual de bueno ya que tiene partes que resultan extremadamente lentas (el mismo arranque se lo toma con demasiada calma), pero es uno de esos juegos que solo por su narrativa ya merecen la pena.
A nivel jugable el título se ha mantenido prácticamente intacto, ofreciéndonos los mismos contenidos, mecánicas y sistemas que ya conocemos. De este modo, deberemos adentrarnos en un buen número de laberínticas mazmorras mientras luchamos contra todo tipo de demonios en unos intensos combates por turnos que no dejan mucho margen de error, negociamos con estas criaturas para reclutarlas y que se unan a nuestro equipo, pudiendo incluso fusionarlas para crear seres más poderosos que hereden las habilidades de los anteriores.
En este sentido se le notan los años y ni las batallas ni el sistema de fusión están tan refinados como en Shin Megami Tensei IV y Shin Megami Tensei IV: Apocalypse, pero los enfrentamientos siguen siendo muy divertidos y hay tantos demonios que siempre tendremos mucha libertad para desarrollar nuestras tácticas y estrategias. Y todo ello reforzado por el habitual sistema de debilidades elementales de la serie para gestionar nuestro número de acciones, algo que ya es un sello de identidad de la serie y que aporta un toque de profundidad que le sienta de maravilla.
En líneas generales sigue siendo un gran JRPG de corte clásico que podemos recomendar sin demasiadas reservas a cualquier fan del género, ya que no tiene apenas fallos que podamos achacarle: una buena historia, personajes interesantes, mazmorras variadas y con un toque de complejidad que ya no se suele ver, y un sistema de combate y progresión muy satisfactorio y divertido. De este modo, la gran duda que quedaría por resolver sería si el trabajo de remasterización ha estado a la altura de la obra o no, una cuestión con una respuesta repleta de matices.
Si nos centramos únicamente en su apartado audiovisual, nos encontramos con que Atlus se ha limitado a subir la resolución y poco más. En lo puramente técnico, es un juego que ahora funciona en HD y en formato panorámico, así que no esperéis grandes mejoras en los efectos, los modelados o las texturas. Sí, se han retocado algunos elementos para que luzcan de manera decente en alta resolución y hay nuevos efectos de postprocesado, pero aquí acaban las mejoras.
De hecho, nos hemos encontrado con que al menos en la versión de Switch hay algunas ralentizaciones y que la iluminación y los colores son ahora un poco más brillantes que en el original, lo que hace que la atmósfera sea un tanto menos opresiva. De igual modo, tampoco podemos olvidarnos de que los vídeos que estaban grabados a 4:3 se han mantenido así y apenas se han retocado, por lo que se ven fatal y con infinidad de artefactos, algo que también podemos aplicar a ciertos lugares que se nos muestran con fondos en 2D.
Curiosamente, las novedades y mejoras más interesantes de esta remasterización las tenemos en cosas que no tienen nada que ver con su apartado técnico. Por ejemplo, se ha añadido un nuevo nivel de dificultad opcional llamado Piadoso que facilita bastantes las cosas para hacerlo menos intimidante de cara a los nuevos jugadores, aunque Normal nos sigue pareciendo muy bien equilibrado, ofreciendo un desafío más que interesante a pesar de esos picos que tiene en ciertos jefes para obligarnos a entrenar y replantear nuestras tácticas.
Por otra parte, tenemos que aplaudir la inclusión de una opción para escoger manualmente las habilidades que heredarán nuestros demonios al fusionarlos, así como el añadido de un guardado temporal para suspender la partida cuando tengamos que dejar de jugar, algo muy útil si tenemos en cuenta que podemos estar un buen rato dando vueltas por una mazmorra sin encontrar un punto para guardar nuestros progresos. Y sí, esto es un JRPG muy clásico, así que no esperéis opciones para continuar o guardados automáticos, por lo que morir implica tener que cargar la última partida que hayamos salvado, perdiendo todos los progresos hechos desde entonces.
Lo que sí que nos parece muy criticable es que si queremos disfrutar de su modo Maniax, en el cual aparece Dante de Devil May Cry, uno de los contenidos adicionales que se incluyeron en el original con motivo de su estreno en Occidente, nos va a tocar pasar por caja y comprarlo como un DLC de pago, algo que nos parece inadmisible en un relanzamiento de estas características y de un juego con tantos años a sus espaldas, ya que el mínimo exigible sería que nos ofreciese su versión completa sin costes extras.
En cambio, la parte positiva es que Sega ha traducido todos los textos al español y con una calidad sobresaliente, siendo así la primera entrega numerada de la serie que se lanza en nuestro idioma. Solo por esto ya ha merecido la pena la existencia de esta remasterización, demostrando una vez el compromiso que tiene la compañía con nuestro mercado al traducir todos sus productos, por mucho que vayan dirigidos a un público muy concreto y específico como es este caso.
Finalmente, del sonido tenemos que comentar que la banda sonora no ha recibido retoques y que sigue siendo tan buena como extensa y variada, mientras que los efectos se limitan a cumplir sin demasiados alardes. Como gran novedad, ahora contamos con doblaje tanto en inglés como en japonés, ambos de muchísimo nivel, lo que ayuda a mejorar la presentación de la historia y a hacer su desarrollo más inmersivo.
Conclusiones
Shin Megami Tensei III: Nocturne HD Remaster es un relanzamiento que si bien introduce algunas mejoras muy agradecidas, nos ha dejado con la sensación de que se queda a medio camino y que se podría haber hecho mucho más. Las buenas noticias las tenemos en que detalles como la introducción de un guardado temporal o de una fantástica traducción al español hacen de esta una versión más atractiva y jugosa que la original, pero tampoco nos podemos olvidar que el trabajo de remasterización que se ha llevado a cabo ha sido enormemente perezoso ni de que para tener su edición “completa” nos va a tocar pagar un extra. No os equivoquéis, como JRPG sigue siendo muy recomendable a poco que os guste la saga, así que si no os importa que su puesta al día haya sido un tanto mejorable, aquí encontraréis una gran aventura que merece mucho la pena.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Koch Media.